Por Daniel Rodríguez El reportero


El presidente López Obrador pidió “no preocuparse” por la próxima cuarta ola de infecciones pandémicas y destacó que “no estamos inculcados, no tenemos miedo”. Me pregunto, ¿quién nos sopla o nos asusta? Porque no son los medios de comunicación, no son las organizaciones de salud globales las que advierten solo sobre los hallazgos científicos, son las condiciones, las estadísticas, las infecciones.

En los Estados Unidos, más de un millón de personas se infectan diariamente. El aumento en los primeros días del nuevo año es del 233 por ciento. En Europa estamos hablando de incrementos del 256 por ciento. En los países nórdicos, donde se han tomado medidas estrictas, los aumentos alcanzan el 650 por ciento. En Asia estamos hablando de un 2.000 por ciento. En Israel, donde ya existe la cuarta vacuna, los aumentos son del 994 por ciento. en Australia es de 2.500 por ciento, y lo que es muy curioso -según datos oficiales- es que en México solo hay un 78 por ciento del aumento de casos en estos días.

En cualquier caso, el optimismo del gobierno sobre los efectos de la crisis de salud suena falso e inundado, ya que el número de muertes por la pandemia se estima en alrededor de 300 mil, cuando se sospecha que es al menos el doble del número de muertes en el informe. de mortalidad excesiva del mismo Ministerio de Salud.

Hasta el 1 de enero, México ocupaba el cuarto lugar con muertes por coronavirus con 7.5 por 100 casos, lo que significa que cualquier persona en nuestro país que esté infectada tiene más probabilidades de morir. Además, los riesgos son mayores debido a la falta de medidas de precaución recomendadas por el gobierno y a que poco menos de la mitad de la población acaba de ser vacunada con al menos dos dosis (56 por ciento).

“Es importante saber que esta nueva variante es, de hecho, muy contagiosa, pero afortunadamente no requiere hospitalización, no tenemos casos y eso es lo más importante, un aumento de muertes”, dijo ayer López Obrador. por la mañana. Por lo que podemos interpretar -según la mentalidad del presidente- que con las 300 mil muertes que tenemos no pasa nada, y si no hay muertes, entonces no es grave.

Los casos aumentan rápidamente a nuestro alrededor. Es cierto que los síntomas son leves, no requieren hospitalización y no hay tantas muertes, pero según los expertos, en el futuro las consecuencias pueden ser muy graves en el organismo de las personas afectadas. Dado que la ciencia no está segura de qué es el virus, cómo combatirlo y cuáles son las consecuencias reales, ignoremos a los ignorantes que intentan minimizar el riesgo y actuar de manera responsable por el bienestar de nosotros mismos y de quienes nos rodean. Qué opinas;

daniel.rodriguez@dbhub.net

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Antonia Jaimez

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