Para los huérfanos – El Sol de México

La humanidad está a punto de entrar en el tercer año de la pandemia más letal e impredecible de la historia. Millones de personas han tenido que replantearse radicalmente su vida en medio de una crisis económica, un sistema de salud al borde del colapso y una parálisis social. La letalidad del virus se extiende particularmente en los márgenes de la vulnerabilidad, por ejemplo, los miles de niños y adolescentes que han quedado desamparados tras perder a su padre y a su madre. Desafortunadamente, no existe un registro donde se conozcan de manera confiable los números huérfanos. Al ser invisibilizados por la falta de estadísticas sobre quiénes son, dónde están y en qué situación se encuentran, sus derechos humanos se ven afectados y el Estado no protege el interés superior de los niños.

Ante la trágica realidad, presenté una iniciativa a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión. Propongo adicionar una fracción al artículo 32 de la ley orgánica de la administración pública federal para que la Secretaría de Bienestar levante un expediente de los menores de edad que hayan perdido a uno o ambos padres para que posteriormente puedan acceder a programas sociales, programas de inclusión social, como así como la protección de los derechos de la niñez en coordinación con las dependencias de la Administración Pública Federal y los diferentes niveles de gobierno.

El estudio “Orfanato provocado por la pandemia” publicado por el Instituto Belisario Domínguez, subraya que los niños de México han sido de los más afectados. El informe destaca información de Unicef ​​que indica que cuatro millones de personas en todo el mundo se quedaron sin uno o ambos padres. Nuestro país tiene la mayor cantidad de huérfanos con al menos 131,325 menores de edad de los 6 países analizados en América, sin embargo, en septiembre de 2021, Édgar Vielma Orozco, funcionario del Inegi, señaló que en nuestro país de 250,000 personas se perdieron más vidas por al coronavirus, el 42% de los cuales eran jefes de familia, en este sentido, se estima que unos 996.000 menores son huérfanos. Las consecuencias son la deserción escolar, el aumento del trabajo infantil y, en los casos más graves, ha llevado a los menores a vivir en la calle.

El 2022 ofrece la oportunidad de iniciar nuevos proyectos y resolver retos, por lo que urge implementar programas y acciones que beneficien y protejan a la niñez mexicana. La pandemia no ha terminado y con la llegada de nuevas variantes y olas, la salud, la economía y el bienestar de los mexicanos continúan deteriorándose. La inacción también es mortal.

Carmelo Ramundo

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