Comedia de enredos: 4T y una empresa consentida


El plan para llevar Internet a las ciudades más remotas de México para apoyar su desarrollo se originó en la época de Peña Nieto bajo el nombre de Red Compartida. Encargaron el proyecto a la empresa española Altán Redes, a través de una alianza público-privada. Fue un negocio de más de mil millones de pesos que, como casi todo en ese sexenio, estuvo sumido en la corrupción: el objetivo no se logró y Altán Redes quebró en España y demandó en Estados Unidos.

López Obrador llegó al poder y recuperó la idea. Cambió su nombre: Internet para Todos. Y como no quería conectarse con una empresa privada, decidió que todo lo haría el gobierno con una nueva dependencia: CFE Internet. Esto, de la mano de la oficina de Estrategia Digital Nacional (EDN), llevaría Internet a 120.000 comunidades. El presupuesto se ha triplicado: ya eran 3 mil millones de pesos.

¿Qué hicieron CFE y EDN para implementar Internet para Todos? Subcontratado Altán Redes! No fue accidental. Según fuentes con acceso a Palacio Nacional, esto se debió a la estrecha relación entre dos ciudadanos españoles: el gerente general de Altán Redes, Salvador Válvarez, y el hombre de confianza del presidente López Obrador para asuntos digitales, Raymundo Artís. Espriú “Raymond”, coordinador de EDN.

Pero Raymond murió en junio de este año (RIP) y unas semanas después, Altán Redes quebró. Heredó el proyecto “El Bicho” de Emiliano Calderón, con el apoyo de Gabriel García, sucesor electoral y financiero de López Obrador, quien luego fue enviado a Palacio Nacional.

Pero todo comenzó a desmoronarse y fue criticado incluso dentro del propio gobierno, porque, según las mismas fuentes, revisiones internas encontraron que Altán Redes pretendía construir infraestructura de conectividad simplemente subarrendando espacio satelital y antenas a operadores locales. Alcance estimado del 70% en territorio nacional, pero sin cobertura… porque no tenían infraestructura propia.

No solo eso. La sospecha dentro de la “4T” alcanzó a los dos funcionarios. Calderón y García, me dicen las mismas fuentes, también habrían promovido extrañamente la contratación con Altán Redes para el desarrollo del núcleo bancario nunca listo del Banco del Bienestar τρα. El propio García está acusado de poner a Altán en la empresa para poner Internet en los 13.000 έν centros que no existen.

La comedia trágica alcanza los más altos niveles. En julio de 2019, López Obrador prometió que se ofrecería Internet Para Todos a miles de centros de integración gubernamentales, pero no se han construido. En julio de 2020, en la mañana todavía se decía que casi estaban comenzando. En mayo de 2021, el presidente dijo que ya estaba “listo” para que Internet llegara a las primeras 100.000 ciudades. López Obrador dice ahora que Internet para Todos se dará en las 2.700 sucursales del Banco del Bienestar, pero las sucursales no existen.

Los pretextos vienen de mucho tiempo atrás: en su Segundo Informe de Gobierno, López Obrador prometió que habría Internet para Todos en 2021. Un mes después, el entonces ministro de Educación, Esteban Moctezuma, lo pospuso para 2022. Y en su Tercer Informe, el presidente lo trasladó a 2023.

Internet para Todos es otro programa que se hunde por la incompetencia del gobierno y es estigmatizado por sospechas de corrupción. ¿Crees que se detuvieron allí? ¡No! Los mismos personajes con la misma compañía consentida iniciaron la idea de crear Wellness Airline. Te contaré esta historia mañana.

carlosloret@yahoo.com.mx

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Antonia Jaimez

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