La ministra de Economía de México, Tatiana Cloutier, renunció el jueves luego de sostener conversaciones conjuntas con Estados Unidos y Canadá para resolver una disputa sobre la política energética nacionalista del país latinoamericano.

Cloutier luchó por contener las lágrimas mientras leía su carta de renuncia durante la conferencia de prensa diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador, antes de bromear diciendo que las presiones del trabajo, incluida la asistencia regular a las sesiones informativas de las 7 a.m., la habían dejado exhausta.

“Mi capacidad para contribuir con el equipo está agotada”, dijo Cloutier, quien dirigió la campaña presidencial de López Obrador antes de su victoria en 2018 y es considerado un miembro centrista de su gabinete.

López Obrador dijo que él y Cloutier discutieron su posible partida en julio y que se fue en buenos términos. Él planea nombrar a su reemplazo el viernes.

La disputa del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, presentada por EE. UU. y Canadá en julio, alega que México discrimina a las empresas extranjeras que intentan operar en el país. Después de 75 días de conversaciones, Estados Unidos y México acordaron extender las consultas esta semana, dejando en suspenso la perspectiva de un grupo de resolución de disputas por ahora.

La partida de Cloutier es “inesperada y desafortunada” para las negociaciones comerciales, dijo Verónica Ortiz, analista política y exdirectora del Consejo de Relaciones Exteriores de México. “Eso significa que prevalecen los elementos más radicales del gabinete y eso agrega más incertidumbre al proceso”.

Cloutier, junto con el canciller Marcelo Ebrard, encabezó un equipo de altos funcionarios mexicanos que trabajan para resolver la disputa.

El hermano de Cloutier, Manuel, dijo que no había discutido el asunto con su hermana, pero especuló en un tuit que ella se fue debido a la presión de López Obrador para que le diera más influencia a los militares en la seguridad nacional. También se va días después de que México anunciara un acuerdo con las empresas para renunciar a los aranceles de importación y las inspecciones sanitarias a cambio de bajar los precios de algunos productos alimenticios.