Keynesianismo y keynesianismo plus – el Sol de México

No hace falta mucha ciencia para darse cuenta de que la privatización de los bienes públicos es la columna vertebral del neoliberalismo. Por eso se puede decir que en México se ha roto la columna vertebral del neoliberalismo, ya que desde que López Obrador asumió la presidencia de la República se terminó la privatización de los bienes públicos.

Y no solo eso. Poco a poco, el sector estatal de la economía se salvó y se fortaleció. Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad son ejemplos de este cambio en la política económica.

Otro ejemplo es el rescate, fortalecimiento y expansión de la antigua Caja Nacional de Ahorros, luego llamada Bansefi y ahora convertida en banco de asistencia pública. Y en la misma línea, está el Tren Maya y el nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles, ambos también de propiedad estatal.

El réquiem del neoliberalismo debe incluir también un retorno a la política económica keynesiana, que postula una fuerte y creciente participación del Estado en la economía: mayor gasto público e inversiones en sectores básicos como salud, educación e infraestructura.

Pero la política económica obradorista va más allá del keynesianismo, porque orienta el gasto público hacia el apoyo directo de las familias. No solo el gasto público en salud, educación e infraestructura, características clásicas de la economía keynesiana, sino la distribución directa del dinero público a las familias, como pensiones para ancianos, personas con discapacidad, madres solteras y becas para estudiantes, que alcanzan decenas de millones de personas.

Es posible que el público en general no pueda evaluar las ventajas y los beneficios de la política keynesiana clásica. Pero no hay duda de que si los beneficios y beneficios del gasto público en apoyo directo a las familias están bien calibrados.

La conjunción de la política keynesiana clásica con este más el keynesianismo, que es un apoyo monetario directo a las familias, explica ampliamente dos fenómenos que estamos presenciando. Primero, el buen desempeño de la economía a pesar de la pandemia; y segundo, el enorme e inquebrantable apoyo popular al gobierno de López Obrador, que representa alrededor del setenta por ciento de la población.

El keynesianismo y el keynesianismo plus son expresiones del fin del neoliberalismo como doctrina económica dominante en México. Pero también son el fin de una casta política que ha llegado al poder sobre la base del engaño de los falsos beneficios de la privatización de los bienes públicos.

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Chiquita Pasqual

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