La tormenta, según los meteorólogos mexicanos, puede alcanzar vientos de hasta 150 km / h.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos dijo en un comunicado que acompañaba la ruta de Pamela que podría dirigirse a Texas.

“El pronóstico es que Pamela será un gran huracán”, dijo el NHC.

El día anterior, los mexicanos se prepararon para la tormenta que se avecinaba instalando cortinas para las ventanas y abasteciéndose de suministros y agua.

En el puerto de Mazatlán, con cerca de 500.000 habitantes y la ciudad más grande de la zona de impacto, el paso del fenómeno provocó la caída de árboles y postes y la inundación de calles.

Protección Civil de Sinaloa publicó imágenes de rescatistas ayudando a trasladar a los residentes de las áreas inundadas a refugios.

Las autoridades han pedido a los residentes de las áreas rurales en el área de impacto que se dirijan a refugios debido al riesgo de inundaciones.

En Villa Unión, con alrededor de 13.000 habitantes, 25 familias que vivían en una zona de riesgo han sido trasladadas a albergues, informaron las autoridades locales.

La temporada de huracanes en la región del Pacífico comienza en mayo y dura hasta noviembre, algo diferente a la temporada del Atlántico, que comienza un mes después.

Sin embargo, los huracanes en el Pacífico no son tan frecuentes y son menos destructivos que los del Atlántico, lo que no quiere decir que no sean un problema.

El profesor de meteorología de la Universidad de Louisiana, Nan Walker, dijo al “New York Times” que había pocos huracanes en el Pacífico que tuvieran “un impacto importante en la tierra”.

Sin embargo, las agencias de Estados Unidos y México esperan que la Pamela deje algún daño, con fuertes lluvias, deslizamientos de tierra e inundaciones.