Según cifras del portal Spin, el taller de comunicación y asesoría política de Luis Estrada Straffon, quien es quien más puntual dio seguimiento a lo que se dice y sucede durante la rueda de prensa del matutino de Andrés Manuel López Obrador El Presidente, hoy cumple 922 días sin hacer públicos sus exámenes de salud como lo prometió a pocos días de asumir el Gobierno de la República.
Este dato cobró mayor relevancia el pasado viernes debido a todas las vacilaciones y contradicciones que generaron los despachos y dependencias de presidencia para explicar lo que primero se dijo como un chequeo rutinario de salud de López Obrador y luego se terminó con una operación para realizarle un cateterismo. , e incluso en la elaboración de una voluntad política del presidente mexicano para asegurar la gobernabilidad en caso de ausencia antes del término de su mandato. Lo que para muchos significaba que realmente, contrario a lo que decía que era algo rutinario, López Obrador se sentía más en riesgo.
Más allá de toda la polémica que ha causado el testamento político, que sería un accesorio si recordamos que el artículo 84 de la Constitución Mexicana señala claramente el camino a seguir en caso de que un presidente fallezca antes de terminar su mandato, lo que en este caso le correspondería al Secretario de Gobernación asumir como presidente interino, mientras que en un plazo máximo de 30 días el Congreso elige un presidente suplente que completa su mandato sin que sea necesario convocar nuevas elecciones, el problema de fondo es que la propaganda se está haciendo sobre un tema que tiene que ver con la seguridad nacional, como es la salud del presidente, más aún teniendo en cuenta que ya tuvo un infarto y es hipertenso.
Salir de la opacidad, aun cuando no sea constitucionalmente exigido sino como él mismo lo propuso, es a lo que debe contribuir el episodio del testamento político, que bien podría catalogarse como una nueva distracción enviada por el Presidente para centrar la conversación en este tema de política pública. y no ocupado con los grandes problemas económicos, de seguridad y de salud del país que su gobierno deja como legado.
Otra historia será saber en su momento qué contenidos y sugerencias deja el presidente en su citada voluntad política y si le hace caso o impone de plano la máxima de que el rey está muerto y el rey está vivo. Aunque ya tiene gastos, sería interesante que ella y los tres candidatos presidenciales, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, respondieran hoy si eventualmente estarían dispuestos a cumplir con las directivas que AMLO les dicte. su posición ahora.
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