OPINIÓN: Grietas en relación México-Estados Unidos

Para México, la relación con Estados Unidos es fundamental. Así lo han entendido todos los gobiernos recientes y los de AMLO no son la excepción. Las estrategias no son todas iguales y siempre ha habido diferencias, temas donde no se toma la misma posición. Cuba y América Latina en algún momento han aparecido las armas, el narcotráfico, la lucha contra el crimen organizado, temas comerciales y otros, haciendo que la relación se tense sin ruptura alguna o México pertenece al grupo de países con los que hay una mala relación explícita, tal como Rusia, Corea del Norte, China, Venezuela, Nicaragua y otros.

México no podía permitirse una mala relación con Estados Unidos. No solo porque ese país representa casi el 80 por ciento de las exportaciones, sino también porque la economía mexicana depende completamente de Estados Unidos. Incluso los nuevos proyectos dependen del poderoso vecino. Por ejemplo, el Tren Maya, que tanto representa para la administración de AMLO, logrará sus objetivos si y solo si las empresas estadounidenses que mueven el turismo en la región (cadenas hoteleras, aerolíneas, agencias de viajes, etc. etc.) participan activamente. Si por alguna razón deciden no participar o boicotear esta iniciativa, por muchos atractivos turísticos que tenga ese tren, morirá en el olvido y la desolación.

Sin ser catastróficas y sin augurar una desavenencia muy improbable y de grandes consecuencias entre los dos países, comienzan a formarse desavenencias que, de no ser abordadas, podrían convertirse en grandes problemas.

En general, todos los temas tienen dos dimensiones. Por un lado, la que se refiere al tema en sí, y por otro, quizás lo más peligroso, el impacto político que tiene la posición mexicana en Estados Unidos. Veamos algunos ejemplos.

En el tema comercial, las llamadas reglas de origen, que han sido un problema constante y cuya interpretación siempre ha favorecido a Estados Unidos, ahora parece que México y Canadá no les interesan. Como se mencionó desde la firma de la nueva versión del tratado de libre comercio, se pasó de 62.5% de los componentes para un producto calificable de la región a 75% inalcanzable para México. Solo recordemos que esta posibilidad era muy obvia, pues el acuerdo se firmó a bombo y platillo en el primer acto de sumisión a Donald Trump y sin Canadá en la mesa. Como en muchos acuerdos de esta administración, la firma, la foto, el anuncio y no los instrumentos son demasiado grandes.

Quizás lo más grave, como en otros temas, estas posturas mexicanas, intencionadas o no, se convierten en herramientas a través de las cuales la oposición ataca y presiona a la administración de Joe Biden, alegando que es para apoderarse de los trabajos de los estadounidenses y otros argumentos que los republicanos usan a menudo y que usarán aún más en 2022 cuando haya elecciones intermedias y el Congreso pueda pasar a una mayoría republicana. Casi automáticamente se dispara el cabildeo de las principales empresas estadounidenses que se verían afectadas, acusando a México de violaciones en muchos otros temas pactados en el llamado T-MEC. Las secretarías del Trabajo y de Economía de México pueden presumir en las conferencias matutinas de AMLO que todo va bien y que nos estamos adhiriendo a cabalidad a lo pactado y tal vez eso sea suficiente para su jefe y para el público mexicano, pero en Estados Unidos es que falso e irrelevante.

Otro tema central es la inmigración. Aunque México está reprimiendo brutalmente a los migrantes en tránsito, los datos muestran que cada vez llegan más inmigrantes que han viajado por México. Además de que las estrategias mexicanas chocan con las estrategias prometidas por AMLO y violan los derechos humanos, la falta de control sobre la inmigración está alimentando el discurso anti-Biden según el cual los republicanos en general y Trump en particular han demostrado que en ese sentido, más de México tomó el control. .

El gobierno de AMLO parece estar más preocupado por apoyar la expansión de sus programas en Centroamérica para demostrar su éxito que por abordar a fondo el tema migratorio, mientras continúa persiguiendo y hostigando a los inmigrantes potenciales. El foco, como en muchos otros temas, está en publicar lo que se ha hecho, no lo que se ha logrado, y se invierte la lógica americana.

Nada ayuda y las facturas aumentan. El recuerdo del apoyo a Trump, el retraso en reconocer la victoria de Biden, el apoyo a gobiernos antiamericanos como el de Nicaragua o Cuba, la falta de gobierno en gran parte del territorio mexicano, o los retrasos en los visados ​​de los agentes de la DEA. tener consecuencias. Especialmente en un año electoral que será vital para la administración de Joe Biden.

Una ruptura es impredecible, pero hay grietas que, de no ser atendidas, podrían causar a México mucho más daño de lo que se piensa. No será fácil caminar entre tantas contradicciones y si, además, los esfuerzos se concentran en el nombramiento del sucesor y en los juicios internos, peor aún.

* Jorge Santibáñez es presidente de Instituto Mexa

TW: @mexainstitute

Chiquita Pasqual

"Solucionador de problemas exasperantemente humilde. Ávido experto en cerveza. Entusiasta de la web. Evangelista de la televisión amigable con los hipster. Gurú del tocino".