Las huellas fósiles son la evidencia más antigua de la existencia humana en las Américas

Un paso atrás en el tiempo

Se ha debatido durante mucho tiempo cuándo y cómo llegaron los seres humanos a las Américas, y se han sugerido una variedad de tiempos y métodos.

En general, la mayoría de las teorías coinciden en que los humanos proceden de Asia y América. Algunos han sugerido que los humanos cruzaron un puente terrestre entre Siberia y Alaska, conocido como Beringia, cuando los casquetes polares que cubrían esta región comenzaron a derretirse. Al final de la Edad de Hielo, el aumento del nivel del mar inundó el puente y separó los continentes.

Otros argumentan que los humanos pueden haber usado botes pequeños y haber seguido gradualmente la línea costera desde Asia hasta las Américas, evitando los casquetes polares que habrían bloqueado su camino.

En ambos casos, se estimó previamente que la llegada del hombre tuvo lugar hace unos 11.000 años, según la evidencia de herramientas encontradas en Clovis, otro sitio en Nuevo México, en el siglo XX.

Desde entonces, sin embargo, se han descubierto sitios que datan de hace 15.000 años en el este de los Estados Unidos, mientras que un artículo controvertido sugiere una fecha que se remonta a 130.000 años. La validez de estos hallazgos ha sido cuestionada, y algunos sugieren que los procesos naturales pueden haber dado lugar a restos parecidos a herramientas, marcas de carbón y huesos.

Ahora se han encontrado pruebas más sólidas en el Parque Nacional White Sands, que se encuentra cerca de la frontera entre Estados Unidos y México. Se han encontrado huellas humanas pertenecientes a varias personas enterradas en el sedimento de lo que alguna vez fue la orilla fangosa de un antiguo lago.

Sin embargo, lo que distingue a este hallazgo es la presencia de semillas atrapadas en el sedimento que rodea las huellas, lo que permite a los investigadores utilizar la datación por carbono para envejecer las propias huellas. Los resultados revelaron que las semillas, y por lo tanto las huellas, tenían entre 21.000 y 23.000 años.

“Tenemos una ventana única a la vida durante el Pleistoceno en América del Norte”, dijo el Dr. Thomas Urban de la Universidad de Cornell. “Este nuevo estudio proporciona la primera evidencia inequívoca de una presencia humana sostenida en las Américas miles de años antes de lo que la mayoría de los arqueólogos creían probable”.

Little Pasqual

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