La inflación no es una tregua en México. En la primera quincena de noviembre, el índice de precios se situó en 7,05% anual, el más alto desde 2001, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), publicado este miércoles. En plena recuperación de la crisis económica del coronavirus, los aumentos en los precios de los alimentos y la electricidad han empujado la escalada muy por encima del objetivo del Banco de México del 3%.

El índice subió un 0,69% desde la segunda quincena de octubre, el mayor aumento en cuatro años para este período. Dentro de esta cifra, la inflación subyacente subió 0,15% quincenal y 5,53% anual, la más alta desde abril de 2009. En tanto, la inflación no subyacente, que incluye productos más volátiles como combustibles, subió 2,29% quincenal y 11,68% anual.

Por tipo de producto, dentro del componente complementario, los energéticos presentaron la mayor variación anual, con un aumento del 15,2% respecto a noviembre de hace un año, seguidos de las frutas y hortalizas, con un aumento del 13,3%. En el subyacente, que el Banco de México toma en cuenta para sus decisiones de tasas de interés, los bienes subieron 7% y los servicios 3.8%.

En la primera quincena de noviembre, los productos que tuvieron mayor impacto en la inflación fueron la electricidad, con un aumento del 24% cada quincena – Inegi apunta a recortar los subsidios gubernamentales para apoyar las tarifas eléctricas durante la temporada de verano en varias ciudades del norte de el país—, y el tomate verde, con un incremento del 42%.

La inflación se ha convertido en un fenómeno global en plena recuperación de la pandemia. En 2020, con los bloqueos y la reducción de la movilidad por el coronavirus, los precios de la energía se desplomaron. La reapertura económica, sumada a los problemas del transporte marítimo y la escasez de determinados productos, han hecho subir los precios. Estados Unidos, principal socio comercial de México, subió 6.2% en octubre, su peor cifra en 30 años.

La subida de precios ya es un tema de conversación nacional. “Hay una crisis pospandémica que se manifiesta en todos los países. Tenemos una inflación similar a la de Estados Unidos (…). Afortunadamente, estamos logrando estabilizar los precios “, dijo el miércoles el presidente Andrés Manuel López Obrador, a pesar de los datos históricos de inflación de noviembre. Para contrarrestar el repunte del GLP, uno de los productos más caros, el gobierno inició la venta de cilindros de este combustible en la alcaldía de Iztapalapa, en la Ciudad de México, medida cuya efectividad ha sido cuestionada por expertos.

El Banco de México, que sigue de cerca los aumentos de precios, ha elevado las tasas de interés durante varios meses para contener el fenómeno, hasta ahora sin mucho éxito. En noviembre, la institución elevó la tasa de interés al 5%. “Las expectativas de inflación total y subyacente para 2021, los próximos 12 meses y 2022 han aumentado nuevamente, mientras que las expectativas a largo plazo se han mantenido estables en niveles por encima de la meta”, dijo el Banco en su decisión.

La subida de precios en curso coincide con la conmoción que rodea al nombramiento del nuevo gobernador del banco central. En el verano, el presidente nominó al exsecretario del Tesoro Arturo Herrera para el cargo. Sin embargo, tras una demora de cinco meses, López Obrador anunció este miércoles que había cambiado de opinión y nombró a la secretaria de Estado de Gastos, Victoria Rodríguez Ceja.

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