**El chip Neuralink se desprende del cráneo del paciente, lo que limita la recopilación de datos**
En un desarrollo innovador, la compañía de Elon Musk, Neuralink, informó que el chip, diseñado para ayudar a los pacientes paralizados a controlar la tecnología usando solo su mente, se separó del cráneo del paciente. El incidente resultó en una disminución en la cantidad de datos que podía capturar el dispositivo.
La interfaz cerebro-computadora de Neuralink, conocida como BCI, fue implantada en el cerebro del paciente Noland Arbaugh, de 29 años, en enero. Arbaugh, que quedó paralizado de los hombros para abajo en un accidente de buceo hace ocho años, participa en una prueba de seis años de Neuralink para probar la seguridad y eficacia del dispositivo.
El mes pasado, se transmitió una transmisión en vivo en la que Arbaugh utilizó con éxito la tecnología BCI para jugar videojuegos simplemente imaginando que el cursor se movía hacia donde él quería que fuera.
Sin embargo, en las semanas posteriores a la demostración en vídeo, Neuralink encontró un problema inesperado: varios cables conectados al cerebro comenzaron a retraerse, lo que provocó una disminución en el número de electrodos efectivos para registrar datos sobre la actividad cerebral y las intenciones de movimiento.
La empresa ha realizado cambios en el algoritmo de grabación y la interfaz de usuario para mejorar la precisión de la capacidad de Arbaugh para controlar el movimiento del cursor. A pesar del revés, Arbaugh sigue utilizando el sistema BCI durante varias horas todos los días.
Aunque hubo discusiones sobre la posible extracción del implante, se dictaminó que el problema no representaba un riesgo inmediato para la seguridad de Arbaugh. Fundada en 2016, Neuralink ha sido relativamente reservada sobre su tecnología y sus ensayos en humanos, lo que ha provocado llamados a una mayor transparencia en sus operaciones.
Con la aprobación de la FDA para los ensayos en humanos del chip cerebral el año pasado, Neuralink pretende revolucionar la neurotecnología mientras se enfrenta al escrutinio de los grupos defensores de los derechos de los animales sobre sus procedimientos de prueba.
Arbaugh expresó su voluntad de participar en el ensayo y dijo: “Quería ser parte de algo que creo que va a cambiar el mundo”.
El incidente resalta los desafíos y el potencial de fusionar la tecnología con la biología humana, causando entusiasmo y preocupación sobre el futuro de las interfaces cerebro-computadora.
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