Los Angeles. Las autoridades estadounidenses han ampliado el uso de una aplicación telefónica que permitirá a los inmigrantes indocumentados liberados presentarse a sus posibles audiencias de deportación durante la pandemia de coronavirus.
Los activistas dicen que esto invade su privacidad y les hace sentir que no son libres.
Más de 125.000 personas, muchas de ellas detenidas en la frontera con México, se ven obligadas a instalar una aplicación llamada SmartLink en sus teléfonos, frente a las 5.000 de hace menos de tres años.
La aplicación permite a las autoridades rastrear a estas personas, obligándolas a enviar una selfie o hacer o recibir llamadas cuando se les solicite.
Si bien la tecnología es menos engorrosa que las tobilleras electrónicas, los defensores dicen que es injusto obligar a los inmigrantes a usar la aplicación, ya que muchos pagaron la fianza y esperaron en los tribunales de inmigración, abrumados por el retraso que tenían, para terminar sus casos y actuar.
Los procesos migratorios son administrativos, no penales, y la gran mayoría de personas con procesos pendientes no han sido detenidas.
A los activistas les preocupa que el gobierno utilice la información recopilada por la aplicación sobre el paradero y los contactos de los inmigrantes para detener a los indocumentados.
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