China tiene la intención de invertir 23 mil millones de dólares en infraestructura argentina en los próximos años, incluida la cuarta planta de energía nuclear del país. Esto convierte a Argentina en el país número 20 de América Latina que tiene estrechos vínculos con China. De los principales países, solo México, Brasil y Colombia no están vinculados a Beijing por un acuerdo en virtud del BRI.
En Rusia, Fernández se quejó del dominio de Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional (FMI). Fue un error diplomático, que todavía puede costarle caro a Buenos Aires: hace unos días, los argentinos concertaron con el FMI un acuerdo sumamente ventajoso para el gobierno y la economía del país sudamericano. Y esto sucedió con la bendición explícita de Estados Unidos, que dicta las reglas de la institución en Washington.
Pero ahora, además, el presidente argentino ha ofrecido a su país una “cabeza de puente” para las inversiones rusas en América del Sur, para que las empresas rusas puedan eludir más fácilmente las sanciones impuestas por Estados Unidos. En el futuro, los ejércitos de ambos países tienen la intención de cooperar más estrechamente.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, también visitará a su homólogo ruso, Vladimir Putin, a mediados de enero, y al Primer Ministro Viktor Orbán en Hungría. Por el momento no se ha previsto ningún acuerdo concreto, y parece que los dos Jefes de Estado quieren, sobre todo, aprovechar la reunión Brasil-Rusia como una buena oportunidad para demostrar que no están aislados en el mundo.
En vísperas de las visitas, Estados Unidos trató de disuadir a Argentina y Brasil de visitar a Putin, en un momento en que el conflicto entre Rusia y Occidente sobre Ucrania se está agudizando.
Si nos fijamos en la diplomacia de los dos presidentes sudamericanos, ciertamente puede justificarse estratégicamente: ambos países están tratando de hablar con todos, comerciar y atraer inversiones. Además, durante la crisis del coronavirus, se dieron cuenta de que China y Rusia, con sus entregas de Coronavac y Sputnik V, hicieron posible las primeras vacunas en América del Sur. Durante mucho tiempo, nada vino de Europa o de los Estados Unidos.
Por lo tanto, parece que Brasil y Argentina se están alejando actualmente no solo de los Estados Unidos, sino también de Europa. Los dos países son las economías más grandes de América del Sur y dominan el Mercosur, con el que la Unión Europea tiene un acuerdo de libre comercio. Este tratado podría ponerse en tela de juicio tras la adhesión de la Argentina – así como del Uruguay, que ya se había hecho – al BRI.
Esta no es una buena noticia para las relaciones entre Europa y América del Sur.
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Durante más de 25 años, el periodista Alexander Busch ha sido corresponsal en América del Sur del grupo editorial Handelsblatt (que publica el semanario Wirtschaftswoche y el diario Handelsblatt) y del periódico Neue Zürcher Zeitung. Nacido en 1963, creció en Venezuela y estudió economía y política en Colonia y Buenos Aires. Busch vive y trabaja en São Paulo y Salvador. Es autor de varios libros sobre Brasil. Haga clic aquí para leer sus columnas.
El texto refleja la opinión del autor, no necesariamente la de DW.
Autor: Alexander Busch
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