BERLÍN – Un boicot al petróleo y el gas rusos tendría graves consecuencias económicas y sociales en Alemania y el resto de Europa, dijo el miércoles el canciller Olaf Scholz a los legisladores.
Scholz reconoció que Alemania se había vuelto dependiente de Rusia para su energía, prometió poner fin a su dependencia lo antes posible, pero dijo: “Hacerlo día a día significaría llevar a nuestro país y a toda Europa a la recesión”. “
“Cientos de miles de puestos de trabajo estarían en riesgo”, agregó en el Bundestag, la legislatura alemana.
Estados Unidos y algunos países de Europa del Este, como Polonia y los estados bálticos, están presionando al bloque para que boicotee las exportaciones de energía de Rusia.
Pero otros se han negado a unirse al esfuerzo, incluida Hungría, que depende en gran medida del petróleo ruso, y Bulgaria.
El mayor oponente al boicot es Alemania, la economía más grande del continente. Alrededor del 55 por ciento de su gas natural, el 35 por ciento de su petróleo y la mitad de su carbón dependen de Rusia.
Robert Habeck, Vicecanciller y Ministro de Economía de Alemania, se ocupa de las fuentes de energía alternativas. Recientemente anunció la construcción de dos terminales de gas natural licuado y visitó Qatar esta semana para concluir un acuerdo de gas natural.
A la larga contribución de las redes sociales Habeck dijo la semana pasada que, aunque Alemania había encontrado fuentes de energía alternativas, seguiría dependiendo del gas y el petróleo rusos durante muchos meses, si no años. Señaló que la expansión de las importaciones de energía de Rusia había sido un objetivo estratégico bajo los gobiernos alemanes anteriores, dijo: “En retrospectiva, esto fue un grave error estratégico. Uno que necesita ser reparado rápidamente”.
Pero Scholz les dijo a los legisladores: “No sirve a los intereses de nadie a menos que pongamos en peligro intencionalmente nuestra naturaleza económica”.
El miércoles, Rusia anunció que solo aceptaría rublos para pagos de energía, lo que obligó a los países occidentales a respaldar la moneda rusa para mantener el flujo de energía.
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