El jueves, los analistas expresaron su sorpresa por la decisión del banco central de México de recortar las tasas de interés el mismo día que los datos oficiales mostraron un fuerte aumento en la inflación interna. Casi sin excepción, los bancos centrales aumentan las tasas de interés para encarecer el dinero y desalentar los aumentos de precios.
Sin embargo, en la decisión del jueves, el banco central de México recortó las tasas de interés entre un 0,25% y un 10,75%, incluso cuando la inflación aumentó más de un punto porcentual hasta el 5,57% en julio. Durante la mayor parte de este año, la inflación ha seguido alejándose del objetivo del banco central del 3%.
El banco justificó la medida diciendo que existía el riesgo de un menor crecimiento de la actividad económica y argumentando que los aumentos de precios se produjeron en sectores más volátiles como la energía y los alimentos.
Pero la inflación subyacente (los sectores menos volátiles que los bancos centrales observan especialmente de cerca para detectar tendencias a largo plazo) aumentó un 0,3% a poco más del 4% en julio.
El analista jefe de Moody's, Alfredo Coutiño, calificó la decisión de “sorprendente” y “completamente inconsistente con las condiciones inflacionarias”, y agregó que “el banco asumió un riesgo innecesario”.
Coutiño dijo en el informe que el recorte de tasas “tiene el potencial de aumentar las presiones sobre el peso”. La moneda mexicana ha sufrido una importante caída frente al dólar estadounidense en las últimas semanas.
Gabriela Siller, directora de análisis económico del grupo financiero local Banco Base, dijo que “esto podría resultar un error político que podría dañar la reputación del Banco de México”. ___
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