A medida que aumenta la demanda de metales raros, la prisa por explotar el lecho marino exige una moratoria

En las profundidades del Océano Pacífico entre México y Hawái, billones de rocas con forma de papa yacen esparcidas por el lecho marino, que contienen minerales como níquel, cobalto y manganeso que son esenciales para las nuevas tecnologías verdes en la transición energética global.

La abundancia de rocas, conocidas como nódulos polimetálicos, en esta región oceánica, la Zona Clarion-Clipperton (CCZ), alimenta cada vez más el debate sobre la extracción de los metales necesarios para producir tecnología como baterías para vehículos eléctricos.

Los ambientalistas dicen que la minería de aguas profundas puede causar estragos en los ecosistemas de los que los científicos saben poco, pero las compañías mineras argumentan que es mejor para el medio ambiente que la extracción en tierra como parte del cambio global de los combustibles fósiles a las energías renovables.

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Elvira Duenas

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