CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Las autoridades mexicanas arrestaron a un segundo migrante por su presunta participación en un incendio en marzo en un centro de detención fronterizo que mató a 40 migrantes e hirió a decenas, dijeron el viernes dos funcionarios federales.

Uno de los funcionarios, que pidió el anonimato porque no estaban autorizados a hablar públicamente sobre el arresto, dijo que el venezolano fue detenido el jueves por la noche en un hotel de Ciudad Juárez donde las autoridades federales albergaban a migrantes que llegaban de hospitales y que fueron despedidos.

El 27 de marzo, un pequeño número de migrantes detenidos en el centro de detención al otro lado de la frontera con El Paso, Texas, prendieron fuego a sus celdas, aparentemente para protestar por las condiciones. Sus colchones altamente inflamables rápidamente llenaron el área de humo y los guardias huyeron sin abrir sus celdas.

La mayoría de las víctimas eran centroamericanos y venezolanos.

El titular del Instituto Nacional de Migración de México, Francisco Garduño, y otro alto funcionario están siendo acusados ​​de incumplimiento de sus deberes de protección de los migrantes detenidos. A pesar de las solicitudes de los fiscales para removerlos de sus cargos, se han mantenido libres y en sus trabajos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, viejo amigo de Garduño, lo ha defendido.

Otros seis funcionarios de inmigración han sido acusados ​​de asesinato y lesiones, incluido un oficial retirado del ejército que era el principal oficial de inmigración en el estado de Chihuahua, donde se encuentra Ciudad Juárez. Esos funcionarios, así como un guardia de seguridad privado en la instalación y otro migrante venezolano que también está acusado de provocar el incendio, se encuentran en la cárcel en espera de juicio.

Los fiscales también están investigando una posible corrupción en la adjudicación del contrato de seguridad privada de la instalación y “un patrón de irresponsabilidad y negligencia repetida” por parte de la agencia durante años.

Después del incendio, el más mortífero en un centro de inmigración mexicano, el Instituto Nacional de Migración cerró sus centros de detención pequeños y medianos en todo el país y comenzó a revisar las condiciones en los más grandes.